Che Guevara el fabricante de valentía

Desde que en el año 1855 el burócrata victoriano Sir John Bowring declaró «El comercio libre es Jesús Cristo, y Jesús Cristo es el comercio libre», los fundamentalistas cristianos predican que el capitalismo, la democracia y Cristo son inseparables.

Vivimos en una época a la que han proclamado el fin de la historia, pero el historiador Theodore Zeldin, uno de los más importantes pensadores vivos, dice que vivimos precisamente en el principio mismo de la historia.

Desde esta perspectiva el papel del Che en la revolución mundial tiene una importancia inestimable. Él impulsó a la gente a pensar sobre el sentido de la vida y el futuro en el cual querían que sus hijos vivieran. Este revolucionario no se complació con la voluntad del pueblo de seguirle, él se esforzaba para que esa gente lograra educación, tanto marxista como de todas las demás ciencias, consciente de que solamente un hombre educado puede cambiar el mundo. Mientras estaba tumbado herido en el piso de tierra de la escuela en La Higuera, pidió a los secuestradores que le permitieran conversar con la maestra. En sus últimas horas él discutió sobre la pedagogía con Julia Cortés.

El Che introdujo un elemento importante más, indispensable para un exitoso levantamiento de la revolución: «Un verdadero revolucionario está guiado por grandes sentimientos de amor… él debe unir a un espíritu apasionado y tomar decisiones dolorosas sin parpadear».

Temiendo de la idea que el Che representa, resaltando los valores de la educación y el amor, el Occidente le convirtió en un protagonista de acción despolitizado, carismático e inocuo macho-héroe, difuminando el mensaje peligroso que trae.

El escritor estadounidense Peter McLaren, antropólogo y activista político, profesor en la Universidad de Los Ángeles,  publicó el libro Pedagogía de la revolución, conmovido por la filosofía y la práctica del Che. Para conocer mejor las circunstancias que llevaron al Che hasta la cognición sobre la necesidad de la revolución, McLaren inició su viaje por la América Latina, buscando la esencia de la pedagogía del Che, para concluir: «Juntando las moléculas, de las que estamos pensando que nunca se podrán juntar, el Che conectaba la gente y las ideas en un tejido de libertad, se podría decir que fue el fabricante de valentía.» 

A los que piensan que la Revolución Cubana fue solamente un episodio corto, casual y condenado al fracaso, el autor dice que ella ocurrió en un momento en el que todo estaba preparado para los cambios. A pesar de la violencia del Occidente, que mediante las sanciones y el terrorismo quiere quebrar el espíritu revolucionario de la pequeña isla caribeña, Cuba se convirtió en el mojón que divide dos mundos: aquel a los que nos condenan y aquel que merecemos.                                                                                                                    

Por lo tanto no sorprende que el revolucionario estadounidense Malcolm X deseara conocer al Che, expresando un respeto y una admiración que no había tenido por ningún hombre blanco.

El pedagogo brasileño y uno de los teoréticos más importantes de la crianza y la educación, Paulo Freire (1921 – 1997) en los libros Pedagogía del oprimido y Pedagogía de la esperanza, publicó ideas clave para entender el procedimiento de educación revolucionaria de las masas.

El viaje espiritual de Peter, como un hombre y un intelectual, le llevó a entender la esencia del alma cubana personificada en las obras del pedagogo político Paulo Freire y del estadista-iluminador Ernesto Guevara. Paulo y el Che nunca se vieron ni hablaron, pero ambos lucharon con la misma pasión para derribar el orden injusto, introduciendo uno en la teoría y el otro en la práctica política y guerrillera lo que se llama «pedagogía del amor». Desde el momento en que fue arrestado por el ejército brasileño en 1964, hasta el destierro y continuación de la lucha para los oprimidos, Freire influyó en la consciencia y la imaginación de los campesinos y la clase obrera de todo el mundo. Aunque, a diferencia del Che, defendía la rebelión no violenta, él y el Che eran hermanos en el corazón. Su parentesco de vida, intelectual y político representan lo mejor que el espíritu humano pueda ofrecer.

En la época de «la razón cínica», la que Freire ve como «una nueva, depurada, perversa versión del capitalismo», es difícil de amar. Por el ejemplo de la capacidad humana de amar, estos dos no deben morir. El Che, con toda su vida y su muerte, dejó un mensaje de esperanza.  Esa esperanza en un mundo mejor que es posible debemos transmitirla de generación en generación, así como nuestros ancestros de las cuevas guardaban el fuego de la vida.

Las verdades, que el Che nos deja como legado, no encontraremos en la educación formal, que nunca se encontraba más lejos de la práctica social. Su mensaje a la gente se reduce a una advertencia de que los seres humanos están predestinados para algo más de lo que nos está llegando como el mal milenario de los poderosos.

Los hechos indican que el conocimiento por sí solo, tal como la escuela lo imaginó, no transforma la vida. El Che demostró con su ejemplo que solamente la conversión del conocimiento en la acción puede transformarla.  Es indispensable que su legado se incluya en los debates sobre la reforma de la educación, como modelo del liderazgo moral, de la visión política y de la práctica revolucionaria.

 Prevod: Katarina Kuzmanović

…