HOLGUIN, Cuba, 12 ago (Xinhua) — Una carretera de dos vías atraviesa el verde del campo cubano para llegar a Birán, un remoto pueblecito de la oriental provincia de Holguín, a más de 700 kilómetros de La Habana, donde nació el ex presidente Fidel Castro, quien mañana martes cumpliría 93 años.

Allí, en medio de un paraje dominado por todas las tonalidades del verde, está el Complejo Histórico de Birán o mejor, como dicen los lugareños, la casa natal de la familia Castro, convertida desde noviembre de 2002 en un punto de atracción para visitantes cubanos y extranjeros.

“Aquí se puede apreciar todo el proceso de desarrollo histórico de este lugar, que queda enmarcado desde inicios del Siglo XX hasta el triunfo de la Revolución Cubana y el proceso de otorgamiento de tierras”, dijo a Xinhua el director del complejo, Lázaro Castro, un hombre de 47 años, sin parentesco con la familia de marras.

El director, un ingeniero geofísico devenido historiador, explicó con minuciosidad no solo la historia de la familia, sino la transformación de la finca, propiedad del español Angel Castro Argiz y la cubana Lina Ruz González, padres de siete hijos, entre ellos Fidel y Raúl, ambos ex presidentes cubanos.

En 26 hectáreas dedicadas a la caña de azúcar, rodeadas por una cordillera exuberante y hermosa con grandes pinares, creció un batey que llegó a tener 27 instalaciones con techo de zinc rojo y paredes de tablas pintadas de amarillo, que hacen un singular contraste con la naturaleza circundante.

Un incendio accidental destruyó en 1954 la casa familiar de 10 habitaciones y principal inmueble del lugar, ahora reconstruido para mostrar el sitio donde nacieron los Castro.

En la finca, lo primero que llama la atención es el panteón familiar, con los restos de abuelos, padres y hermanos, aunque los de Fidel Castro están en el cementerio de Santa Ifigenia, en la cercana ciudad de Santiago de Cuba.

A un lado está la escuelita, una pequeña edificación donde se muestran 33 pupitres en que se sentaban los alumnos de cada grado, y en la primera fila, en la destinada a los oyentes, está marcado el lugar que ocupaba Fidel en los tiempos en que aprendió a leer.

Más adelante es posible apreciar el correo-telégrafo, la carnicería, la casa de la abuela Dominga, el hotel, el camino real, la panadería-dulcería, el bar La Paloma y la valla para la lidia de gallos, aunque del pequeño cine apenas queda el recuerdo.

“Angel Castro levantó una pequeña comunidad donde se podían encontrar todos los servicios para atender a las 150 personas que de manera más o menos estable trabajaban aquí”, explicó el historiador.

En la réplica de la casa, donde se pueden observar los horcones originales de dura madera de caguairán, se conserva la habitación donde nacieron los Castro, así como la parte de la vivienda que compartieron los tres hermanos varones.

Un poco más adelante, sobre el bar de la finca, está la espaciosa casa construida por Angel para cuando, después de graduarse como abogado, regresara a vivir y trabajar Fidel Castro, quien en realidad nunca la vivió de manera permanente y fue habitada por la familia tras el incendio de 1954.

En 1959, al triunfo de la Revolución que encabezaron los dos hermanos Castro, el proceso de reforma agraria comenzó en la isla con la entrega a los campesinos de las tierras que ocupaba la finca familiar.

“En cada rincón de este lugar, tanto Fidel como Raúl y demás hermanos, están vivos y enseñándonos cada día cómo podemos y debemos hacer las cosas”, comentó apasionado el director del complejo.

El lugar, un sitio de particular belleza, atesora unos 1.700 objetos de valor patrimonial y familiar, con un notable estado de conservación que le valió ser declarado monumento nacional en 2008.

Birán guarda un pedazo importante de la historia de la isla y conserva el legado de la familia Castro, un linaje que dejó su huella en el devenir de la historia más reciente de la isla caribeña.